¡Vivan los novios!
- plf684
- 27 jul 2016
- 1 Min. de lectura
En las entrañas de la lengua suceden cosas que no imaginamos. El origen de muchas palabras es buena prueba de ello.
Tomamos como ejemplo la palabra "novia". Y digo bien, "novia", que no "novio". Y es que, en este caso, del femenino se formó el masculino, en contra de lo que suele ser habitual.
"Novia" viene del latín "nova" (nueva). En principio la expresión era "nova nupta", nueva novia, nueva mujer casada, referida a la mujer que se iba a casar pronto, que se acababa de casar o que se casaba de nuevo. En nuestra lengua, como sabemos, nos quedamos con el primer significado. "Novia" es la que está comprometida, la que se va a casar.
"Nupta" deriva del verbo latino "nubo" (casarse), de donde surgen otras palabras como nupcial.
Por cierto, aquí os presento a mi novia y futura esposa, Rosa Paz González Martín.

Comentarios