El que fue a Sevilla perdió su silla
- plf684
- 3 abr 2015
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Con esta expresión se da a entender que quien se va de un lugar pierde la posición o los privilegios de los que disfrutaba. Por ejemplo: "¿Te fuiste del equipo y ahora vienes diciendo que tienes que volver a ser titular? Lo siento, pero el que se fue a Sevilla perdió su silla". La expresión tiene una larga y curiosa historia. Allá por el siglo XV, don Alonso de Fonseca era el arzobispo de Sevilla. Su sobrino dirigía el arzobispado de Santiago de Compostela. Como quiera que la situación en Galicia se volvió complicada por numerosos conflictos, el sobrino pide auxilio al tío. Don Alonso, con el deseo de poner paz en las tierras gallegas y sin pensárselo dos veces, se marcha a Santiago y cede el arzobispado de Sevilla, más tranquilo, a su sobrino. Pasado un tiempo, don Alonso consigue pacificar Galicia. Pero su sobrino está tan a gusto en Sevilla (no me extraña) que se niega a devolverle el arzobispado a su tío. Después de muchos enfrentamientos y después de intervenir el rey y hasta el papa, las aguas vuelven a su cauce y cada mochuelo a su nido: el sobrino a Santiago y el tío a Sevilla.
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